“¿Por qué el mundo es tan violento y doloroso? Y, sin embargo, ¿Cómo puede ser tan bello?“ – Han Kang en su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura, 2024.
Para nadie es un secreto que durante los últimos años la cultura surcoreana ha explotado a nivel mundial: el Kpop con exponentes como Blackpink y BTS, la industria cinematográfica de los KDramas, y la K-Beauty se han posicionado como influyentes en la moda juvenil, por lo que la celebración del segundo Premio Nobel para la nación fue expectante a nivel internacional. Pero, ¿qué esconde este triunfo?
Han Kang, de 54 años, es la primera mujer asiática, y la número 18 a nivel histórico, en recibir el Premio Nobel de Literatura en su 101° versión y se convierte en el segundo galardón para el país. Con más de 30 años de trayectoria, la escritora nacida en la ciudad de Gwangju, Corea del Sur, a los 11 años se mudó a Seúl y posteriormente se graduó de la carrera de Letras de la Universidad de Yonsei, una de las Universidades más prestigiosas del país asiático. Su estilo literario se caracteriza por su exploración de temas oscuros, existenciales y filosóficos.
Pese a distintos reconocimientos a nivel mundial, la escritora, desde 2013 pertenece a la “lista negra” de escritores, artistas y directores a los que se les prohibió participar en programas de apoyo controlados por el gobierno surcoreano (como ser parte de bibliotecas públicas, escolares, fomentos económicos y concursos etc.) Kang fue incluida en la lista debido a su obra “Human Acts” en donde relata el asesinato de Dong-Ho, un estudiante universitario que se vio envuelto en la participación del Levantamiento de Gwangju, alzamiento popular en contra del gobierno militar, ocurrido en la ciudad de Gwangju en 1980, y quien se convierte en un símbolo de la brutalidad sufrida durante el levantamiento. La novela aborda el tema desde una perspectiva íntima y emocional, acompañada de una fuerte reflexión sobre el sufrimiento de las víctimas y la resistencia frente a la opresión. Tópicos que, según el Gobierno Surcoreano, no presentan una imagen halagadora y creciente de su país.
Pese a la rápida modernización de Corea del sur y su posicionamiento como un referente cultural de gran envergadura, la nación, marcada por un siglo de colonialismo, división, dictadura y lucha por la democracia, se ha estancado en prácticas y comportamientos conservadores, en donde ser mujer se transforma en una constante lucha en contra de los estándares sociales y morales impuestos por el país.
Dentro de este contexto, la escritura de Kang se destaca, según lo mencionado por la Academia: “Por su intensa prosa poética que confronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana”
Ejemplo de esto es su novela “La Vegetariana”, que narra la historia de una mujer que decide dejar de comer carne y que se ve envuelta en una serie de cuestionamientos familiares a su decisión. La autora utiliza el recurso del vegetarianismo como una metáfora que expresa el rechazo a las expectativas sociales y familiares que constantemente arremeten contra la libertad femenina.
La novela se transforma en una representación de la opresión femenina por explorar temas como el control, el deseo y la liberación. La escritura de Han Kang mediante este libro, le permitió internacionalizar su carrera, ganando el Man Booker International Prize en 2016, hito que la convirtió en una fuerte candidata al Premio Nobel.
Sin dudas el galardón, pone en boca de todos el impecable trabajo literario de Kang y, aunque su victoria fue celebrada como un logro cultural innegable para Corea del Sur, también abre la puerta para que aquellos que apoyan comportamientos misóginos y conservadores en el país asiático, se sientan en todo su derecho de cuestionar el logro de la autora debido a que su escritura representa una rebelión y un rechazo a las costumbres coreanas. Una mujer que, sin pelos en la lengua, pone en la vista mundial temas como la violencia, la represión y los traumas de un país que se da a conocer al mundo.
La escritora se negó a dar una conferencia de prensa Corea del Sur y fue su padre, el escritor Han Seung Won, de 84 años quien informó a los periodistas surcoreanos que su hija había decidido no discutir el galardón, mencionando: “Me dijo que no quería celebrar en un momento en que la gente moría todos los días en las guerras.”
Dentro de esta controversia, la victoria de Han Kang no es solo una celebración a su trayectoria como escritora, sino una increíble representación sobre el peso que cargan las mujeres por decir su verdad en un mundo que aún se esmera en oprimirlas.