“Compañera Perfecta” ha sido descrita por algunos como el Terminator de las chicas, y aunque en cierto sentido puede serlo, esta película tiene el potencial de convertirse en un documental en unos años más.

La historia pone en el centro la obsesión masculina por el control, la manipulación y el adiestramiento de las mujeres para que encajen en sus ideales. “Compañera Perfecta” no teme mostrar esta problemática de manera cruda y directa, representándola en su máxima expresión una “novia robot”, como el chiste que siempre se hacia a los nerds del colegio, o escuchábamos en sitcoms como “Big Bang Theory”.

A diferencia de otras películas con temáticas similares, el director Drew Hancock no centra la historia de Iris en la exploración de su identidad femenina o autonomía, sino en cómo Josh, su dueño, se siente con el derecho de controlarla. Una temática que no podría llegar en un mejor momento. Pequeños diálogos como “Sonríe y actúa feliz”, o cuando disminuye su inteligencia porque ¿quién necesita una novia que piense?, refuerzan la idea de que él solo buscaba “la chica perfecta”.

Lo que realmente hace destacar a “Compañera Perfecta” es que, aunque trata sobre robots e inteligencia artificial, cada vez que Iris habla sobre su relación con Josh, nunca la percibimos como un simple pedazo de metal. En cambio, vemos a una mujer preguntándose si su pareja la ve como una persona, si la respeta o no. A lo largo de la cinta, Iris es tratada como un objeto, no por ser una máquina o haber sido comprada, sino porque está en una relación con un hombre que solo la considera una posesión.

Hancock deja en claro sus influencias con referencias a películas como “Fresh” y “Ex Machina.” Sin embargo, lo más inquietante es cómo el filme llega a sentirse como una advertencia, una realidad no tan lejana, sino algo que está a la vuelta de la esquina.

Puedes ver “Compañera Perfecta” rentándola en Prime.